lunes, 25 de febrero de 2013

Anónimo.

"A veces pasa. Conoces a una chica y esa chica se enamora de ti, pero a ti eso no te importa o al menos te ha importado hasta que te has dado cuenta de que la tendrás cerca,  hagas lo que hagas ella te esperará, te comprenderá y te perdonará... pero hará todo esto con los ojos nublados ante tu ausencia, mientras que tú, sólo tienes ojos para otras. Pero ella calla y llora, hasta que llegua el día en el que ya no le quedan lágrimas y se va, y a ti no te importa porque estás demasiado ocupado persiguiendo a aquellas muchachas que deseas sólo por no estar ellas interesadas en ti. Pero el tiempo no corre, vuela, y tu acabas cansándote y desearías tener a tu lado a alguien que, por el simple hecho de desear algo, te lo de sin siquiera tener la necesidad de articular una sola palabra. Que esté siempre ahí, a tu lado, comprendiéndote, adorándote, queriéndote...  Y entonces te acuerdas de ELLA, y tu cara se ilumina por un instante, y comienzas a buscarla y la encuentras, pero ya no la reconoces; la has visto demasiado tiempo con los ojos llenos de lágrimas como para poder reconocerla sonriendo. Tu corazón late enloquecido, hasta caótico, lo que te hace entender que es ELLA, y tratas de acercarte. Das dos pasos. Otros dos. Pero aparece ÉL y la envuelve entre sus brazos y en ese mismo instante es cuando entiendes por qué ella está tan guapa y radiante: porque es feliz. Envidia. Te corroe por dentro. Envidia hacía él, al ser más listo que tú, porque él no tuvo la necesidad de perderla para darse cuenta de que la quiere. Y vuelves a tu casa vacía con el alma rota en mil pedazos, te duele, te desgarra, se parte con cada respiración, con cada suspiro y deseas de todo corazón llorar, poder llorar, pero no puedes, porque todas las lágrimas que os pertenecían las ha derramado ELLA." - Anónimo.

La que...

Me miras con curiosidad. No sabes quien soy, pero notas el fuerte vínculo que me ata a él. Sigues mirándome. ¿Qué ocurre? Ahora debes criticarme en tu mente. No te gusta mi sonrisa. No te gusta mi actitud. No te gusta como le miro y tampoco como le hablo. Tranquila, no te conozco, pero a mi tampoco me gustas. Y te esperas unos minutos, y sigues mirándome con desprecio, y sigues sin acabar de entender que es lo que soy yo en su vida; yo, soy la que recoge los pedazos de su ser, cuando niñatas como tu le destrozan, yo soy la que trata de hacer lo posible y hasta lo imposible con tal de verle sonreír. Yo soy aquella que le seca las lágrimas de la cara y si hace falta llora con él. Yo soy la que se preocupa por su bien estar y está pendiente de él las 24 horas del día, y a pesar de lo que soy, a pesar de lo que fui, y a pesar de lo que seré él no se da cuenta, y sigue corriendo tras muchachitas inmaduras como tú, que sólo le quieren para pasar el rato. Pero al mirarme, ¿verdad que no te das cuenta de ello?

viernes, 22 de febrero de 2013

La nueva "yo". CARPE DIEM.

Carpe Diem. Sí. Nunca es lo que pudo haber sido. Nunca las cosas salen como uno quiere. Nunca es como lo imaginamos.
Mi cuerpo ya no soporta el dolor y se encoge, como si estuviera evitando que todas mis extremidades se desprendan de él. Un nudo me aprieta el estómago y otro me destroza la garganta. Me ahogo. Las lágrimas me ahogan. El suelo del baño está frío, el eco es perfecto para el resonar de mis llantos. Me estoy rompiendo en pedazos. Me caigo. Me derrumbo. Me rompo. El dolor perfora mi pecho como un gran agujero negro. Dolor. No, yo no quería hacerte daño. Yo no quería. No. No puedo. ¿QUÉ HAGO? ¿Qué puedo hacer? Ayúdame... Pero tú no estás. Esperar. Esperar a que este dolor cese. ESPERAR. Esperar a que se termine este calvario. Esperar a que lo que llevaba llamando hasta ahora corazón deje de sangrar, deje de dar vuelcos cuando te vea. Esperar... pero ni el tiempo ni la distancia nos afecta. No entiendo. No te entiendo. No me entiendo. No nos entiendo. ¿Y este cambio? ¿Por qué tan de repente? ¿Por qué TÚ, por qué YO? No... quiero levantarme de este suelo tan helado. Quiero que mis mejillas ya no estén mojadas. Quiero demasiadas cosas, pero no las tengo. Nunca las tendré. Carpe Diem. NO. Yo ya no sufriré más. Ya no. Ha llegado la hora de la lujuria, del placer, de que el cuerpo mande. ¿El corazón? En casa, escondido en un baúl. Ya no podrá tocarlo nadie. Esta noche es esta noche. Esta noche no cuenta. Esta noche la nueva "yo" saca sus garras, su lado oscuro. Esta noche... tengo miedo. Quería que el primero fueras tú. Quería que fuera especial... me duele, pero no podré esperar eternamente. No quiero hacerlo. No soy capaz de hacerlo...
Te necesito, pero tú no estás aquí. Estoy sola. Tengo miedo. El mundo se me come, el mundo se me traga. Lo prometiste, prometiste no permitirlo y no estás cumpliendo tu promesa...

domingo, 7 de octubre de 2012

Puedes con ello. Lo sé.

Tú, aquel hombre que acariciaba mi melena con tanta dulzura, y me llevaba en bici hasta la guardería, parando en la heladería para siempre cogerme a mi un helado aunque eso significara no tomarte tú la cerveza.
Tú, aquella persona que me cogía en brazos y contestaba con tacto y paciencia a todas las preguntas que esta pequeña y momentánea escritora te hacía.
Tú, la persona en cuyos brazos me refugiaba de todos y cada uno delos monstruos que se escondían en el armario, bajo la cama o en la oscuridad de mi cuarto, convirtiéndolos en teatro de sombras chinas sobre la pared antes de irme a dormir.
Tú, que has hecho crecer en mí el amor hacía los buenos libros, la música, el dibujo...
Tú, uno de los hombres más grandes que ha existido, existe y existirá en mi vida. Siempre bromeando, siempre fuerte, siempre alegre. Siempre a mi lado...
Tú, que ahora tienes que ser fuerte y salir hacía delante. Tienes que entrar por esa maldita puerta de quirófano y una vez ahí dentro volver a nacer, porque no puedes fallarme. ¿Lo sabes, no? No puedes dejarme sola. Y aunque quede mucho hasta entonces, quiero que estés en primera fila el día que lleve el vestido de novia, y todavía tienes que jugar con tus bisnietos. Me lo prometiste...
Tienes que ser fuerte abuelo, por mi, por ti, por todos nosotros. Porque te necesitamos.
Puedes con ello. Lo sé. ¡Tienes que poder!

lunes, 24 de septiembre de 2012

Jamás enviada.

13.07.2012

Hace dos semanas estas líneas empezaban con un “ Esta será la última carta que vaya dirigida a ti…” pero conforme van pasando los días me doy cuenta de que no es así. Creo que he escrito y borrado esto unas seis veces, intentando encontrar las palabras adecuadas pero nunca serán lo suficiente para reflejar lo que realmente quiero decir.  Habría preferido borrarme de tu vida, dejar de cargarte la cabeza a 3000 km de distancia, dejar de atosigarte con estos sentimientos que muchas veces me ahogan, dejar de refugiarme en ti y buscar la calma y la tranquilidad en tus ojos, en tu sonrisa;  pero soy demasiado egoísta y no puedo ni quiero alejarme, a pesar de todo y de todos. A pesar de que ahora mismo esté aislada del mundo exterior. ¿Sabes como está siendo esto?  Digamos que es una contraposición. Me siento sola y abandonada estando rodeada de muchísimas personas. Personas que ríen, que me abrazan y que se alegran de verme. También me alegro de volver a estar junto a ellas, pero es una sonrisa efímera, es una alegría momentánea porque cuando todas ellas se van me veo sola, en una incómoda y antigua cama de matrimonio que no es la mía, en una habitación en la que sí, he crecido, pero no está llena de mis cosas, de mis dibujos, de mis recuerdos, de mi vida entera. Por las noches me encojo en un rincón del gigante colchón y los recuerdos me abruman, pero finalmente logro dormirme. Mis sueños tampoco ayudan.  Estoy sola ante esto. Estoy sola y tengo miedo, me siento vencida. No voy a poder. No sé donde he dejado el optimismo y las ganas de sonreír, creo que lo he perdido por el camino  porque por más que lo busque no está. Mi única puerta de escape son los libros. Esta mañana he empezado uno de 300 páginas, me quedan menos de 100 para acabarlo, con un poco de suerte esta noche sabré el desenlace de la historia, pero estoy tranquila porque tengo cola de libros que me quedan por leer… El amor en tiempos de cólera creo que lo dejaré para el final, pero por más que quiera leerlo me veo incapaz de hacerlo. Es abrirlo, leer la dedicatoria y … no puedo.
Repelo a las personas, no puedo estar en el mismo cuarto con nadie. Debe ser la bendita “autodefensa”. No sé que pasará. Ahora mismo estoy escuchando estopa y me recuerda tantísimo a ti… ni te lo imaginas.
De momento mi vida se desmorona y se construye aleatoriamente, estoy ante dos caminos que elegiré guiada por la fuerza del destino y ambos serán duros. Si todas las legalizaciones de papeleo, títulos y notas las podemos acabar dentro del plazo y me da tiempo de hacer los exámenes, los apruebo y me quedo, creceré más que nunca. Mis padres en dos semanas vuelven a España. Me tocará a mi arreglármelas. Sola, como siempre. Pero la ciudad me ha gustado, la universidad tiene buena pinta y la vida de estudiante me atrae. Sacaré fuerzas de donde no las haya si hace falta y haré frente a todo. Espero ser capaz. “Resiste y lucha por tus sueños” me dijeron. Trataré de lograrlo.
En el caso de que todo este agobio, dinero gastado y papeleo sea en vano,  porque no me da tiempo o porque no apruebe los exámenes, tendré que volver a España. Un año sabático. Me mata la idea de malgastar un año entero sin hacer absolutamente nada, pero por otro lado me muero de ganas de llegar a Binéfar, llamar a mis amigos y decirles: ¿Cuáles son los planes para esta tarde? ¿Quedamos como siempre, a las 5 en colores? Pero si vuelvo, todos vosotros seguiréis con vuestras vidas, con vuestra rutina, lucharéis por algo, por una meta, querréis llegar a un fin. Algunos desearéis aprobar segundo de bachiller en condiciones, otros se irán  Barcelona en busca de nuevos amores, nuevos amigos, otros estarán en la EMBA, en Zaragoza… destinos diferentes, caminos separados. Mientras yo estaré sentada en cualquier escalón, viéndoos pasar, alegrándome por vosotros pero hundiéndome en la quietud de mi vida.
Muchas veces me pregunto ¿Si esta mierda vida no me hubiese obligado a marcharme y dejarlo todo atrás, qué habría pasado? ¿Habríamos tenido tardes en cualquier portal? No sé, nervios delante del espejo preguntándome ¿Qué me pongo? Horas y horas tratando de peinarme y finalmente darme por vencida porque es imposible verme bien estando a minutos de verte. ¿Noches mirando las estrellas?¿Sonrisas? ¿Abrazos? ¿Besos? ¿Algo más?  Es complicado, pero “nunca es lo que pudo haber sido”.
Prometo evitar estos textos. Te prometo intentar no refugiarme más en ti. Sólo necesitaba sentirte cerca unos cuantos minutos, pensar que mientras leas este tocho puedas echarme sólo un poquito de menos. Pensar en que todo te va genial, que sonríes, que eres feliz… porque ése es mi genio de la lámpara.
¿Lo ves? A pesar de la distancia te sigo dando la tabarra! Creo que no te librarás de mi tan fácilmente! Y ya sabes, si te cansas, mándame a la mierda y solucionado ;)! Te echo de menos… 
Quizás no debería decirte esto ahora, pero igualmente lo hago: Te quiero.
PD: te gustaría mucho Rumanía, aquí se puede ir sin camiseta por la calle y no te ponen multa!
PD2: SONRÍE

domingo, 23 de septiembre de 2012

Sólo a veces.

Nuestros caminos se fueron separando. Nuestros corazones ya no seguían el mismo ritmo y nuestros bolígrafos ya no escribían textos empapados de sentimientos a modo de dedicatoria con firma incluida. Sólo vivíamos; cada uno nuestra nueva vida, cada uno nuestra nueva rutina, olvidándonos completamente de aquel vínculo que alguna vez nos unió. Dejando de lado la amistad ; escondiendo bajo la cama cualquier rastro de cariño.
Le echo de menos. Sólo a veces...

jueves, 20 de septiembre de 2012

Plastidecores.

Me dedico a robar sonrisas y esconderlas dentro de mi imaginación,para así poder crear una telaraña de dibujos que fabriquen todavía más sonrisas.Camino por la vida dando pasos firmes, sin olvidar nunca los plastidecores, con los que pinto infinitos sueños.Cojo el libro de mi vida con las páginas sin numerar; sé donde está el principio, pero no puedo imaginar siquiera por donde queda el final. ¿Qué más da? Hoy es hoy. Siempre llevo en mi bolsillo bolígrafos de todos los colores, para poder escribir con el color que quiera, mi propia historia, a mi manera. Guiño el ojo derecho y sigo adelante, porque en verdad nunca he visto a nadie seguir para atrás.¿Que me caigo? Me vuelvo a levantar.Llorar. ¿Por qué no?Los tópicos no me gustan, siempre busco algo nuevo, siempre trato de dar a luz nuevas ideas que deje al mundo boquiabierto, pero no para impresionar, ¡nah! Lo hago para aprender y enseñar.La envidia no es mi estilo, y menos el llamar mucho la atención; paseo por la vida como un camaleón, cambiante a mi manera. No me importa lo que digan, no me importa lo que opinen sobre mi sendero y mi modo de recorrerlo; mi sonrisa es mi valiosa bandera.