Ríos de sangre, lágrimas agrias. Mi corazón es como la pólvora mojada; ya no sirve para nada.
Me he aprovechado de él. Lo he puesto a prueba demsiadas veces y me equivoqué pensando que mi paciencia era infinita y mi alma era de hierro.
Me equivoqué.
No hay comentarios:
Publicar un comentario