viernes, 17 de agosto de 2012

¿Hay alguien ahí?

¡Socorro! ¡Ayuda! Grito desesperada. Todos los que me rodean se giran, me miran y siguen sus caminos, impasibles de mi dolor. ¿Hola? Estoy aquí, encerrada en esta jaula. ¿Por qué nadie me ayuda? ¿Por qué nadie me salva?    Me han abandonado todos. Aquí nadie intercede, nadie trata de romper las rejas de grueso alambre. Nadie me hace compañía. Nadie trata de reconfortarme. 
No les importas, querida Alina, me digo a mi misma. Y mientras tanto, sigo buscando las llaves, sigo esperando a que mis alas crezcan, sigo esperando a mi héroe salvador, porque en esta ocasión, ni siquiera yo misma puedo salvarme. 

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