martes, 21 de agosto de 2012

Mi vida junto a ti.

¿Sabes lo peor? Lo peor es que sigo pensando en ti. Sigo echándote de menos. No, no, no. Éso no es lo peor. Lo más triste es que me he imaginado mi vida junto a ti, y me he dado cuenta de algo. Llámame loca si quieres, no me importa. Ya estoy acostumbrada.
Me he dado cuenta de que mi vida junto a ti sería maravillosa. He imaginado fríos días de otoño caminando por cualquier parque mientras las secas hojas de los árboles crujen bajo nuestros pies. Tu nariz roja y helada rozando mi mejilla mientras un escalofrío estremece mi cuerpo. He imaginado noches de invierno siendo dependiente de tu calor bajo las sábanas.  Verdaderas excursiones por prados imaginarios llenos de diminutas flores de todos los colores, tú colocándome un mechón de pelo tras la oreja y tu suave voz susurrándome al oído cualquier ocurrencia. Bailar bajo la lluvia en pleno mes de abril, y que el frío atraviese nuestros huesos. No me importaría.
Te veo crecer. Nos veo crecer juntos... dándote codazos en plena madrugada para que dejes de roncar, pelearnos por la manta, tomarnos el café cada mañana juntos, y estar ansiosa por llegar a casa del trabajo, para al fin verte, abrazarte, besarte e intentar hacerte día a día el hombre más feliz del mundo.
Que casi veo el resto de mi vida junto a ti. 
Casi te veo con sesenta años, con tu pelo plateado, tus gafas apoyadas en lo más bajo del tabique de tu nariz y tu barriga cervecera, sentado en tu sillón, leyendo cualquier novela, mientras esperas a que nuestros hijos lleguen a comer un domingo al mediodía.
Y a los ochenta, tú y yo, sentados en el porche viendo atardecer, recordando nuestra feliz y quizás hasta difícil vida juntos, pero estando los dos unidos. Habiendo superado todos los obstáculos que se nos interpusieron en el camino. Orgullosos el uno del otro y más enamorados que nunca.
¡Qué manera de soñar la mía!
No soy la clase de persona que jure amor eterno, porque nunca se sabe. Nada es para siempre, pero sí que podría haberte prometido intentar hacerte el hombre más feliz del mundo, estar a tu lado cuando más me necesitaras y tratar de no fallarte nunca, porque para mí, lo fuiste todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario