martes, 21 de agosto de 2012

Hoy te escribo a ti, mi gran pequeña.


Te echo de menos. Quizás... quizás te haya valorado cuando te tenía cerca, pero ahora más que nunca me estoy dando cuenta de la falta que me haces.
No sé en que momento esta conexión se ha hecho tan notable, ni siquiera sé el momento justo en el que verdaderamente empezó esta amistad, pero si de algo estoy segura es de que tú eres un trocito fundamental de mi vida. Fuiste el hombro en el que tantas veces me apoyé, tuviste la manga siempre preparada para secar mis lágrimas y tu abrazo nunca me ha faltado para decirme que tú estás ahí, y que no permitirás que ningún fantasma me hiera. Estuviste atenta a todas mis historias, pendiente de mi persona.
No tengo palabras para describir este gran cariño que te tengo ni esta preciosa amistad que nos une. Y a pesar de todo lo que has hecho por mi a lo largo del tiempo hasta hoy, necesito pedirte un favor más. ¿Preparada?
No me dejes nunca. Estáte siempre conmigo, porque TE NECESITO y en gran medida soy lo que soy gracias a ti.
Sobra decirte que te quiero, que te adoro y... te echo mucho de menos.
Sólo quedan cuatro meses. Cuatro malditos meses. Justo cuatro. 

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