viernes, 17 de agosto de 2012

Sonrío por compromiso.

Pienso. Me distraigo y acabo sonriendo.
Miento, finjo ser feliz y durante un momento me creo la mentira. Mi propia mentira.
Y me la creo hasta el punto de creer ser feliz, pero vuelvo a la realidad y me golpeo contra ella.
Vuelvo a ser yo misma y acabo aceptando mi compromiso una vez más.

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