domingo, 12 de agosto de 2012

Miedo.

Vuelvo a tener miedo en esta fría oscuridad. No, no le tengo miedo a la oscuridad propiamente dicho, le tengo miedo al olvido y al cambio, al cambio excesivo.
Me aterroriza pensar en volver y que él no se interese en mi persona, en que ni siquiera se moleste en venir, darme un abrazo y sonreírme como siempre ha hecho. Me aterroriza la idea de saber que está enamorado, de que otra chica sí que es capaz de estar a su lado, hacerle feliz y darle todo lo que él se merece.
Me aterroriza saber que en este momento, el todavía sigue siendo el centro de mi universo. Por mucho que intente luchar día a día contra este sentimiento no logro vencerlo y me siento la persona más impotente e incapaz del mundo.
Juro y perjuro que lo estoy haciendo, estoy luchando por no pensar, por no imaginar, por no sentir, pero yo, cuyo lema "nada es imposible, solo improbable", realmente veo imposible mi situación.
Y sé que éste miedo pasará con los meses, que se hará más llevadero y con un poco de suerte desaparecerá, pero hoy por hoy, en este mismo instante, no hay nada más que me duela que esta incertidumbre y este pánico a ser olvidada completamente.
Sé que apenas piensa en mi. Sé que no hice gran mella en su vida. Sé que no soy nadie para él y me consuela que él ni siquiera sospeche esta avalancha de sentimientos que arrasa dentro de mi espacio emocional, porque él no tiene que estar sometido a mis problemas. Él no tiene que soportar mis delirios.
Él tiene que ser feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario